domingo, julio 11, 2004

Toda una Vía lactea de consideraciones: Aforismos de Lichtenberg.

Brevísima reseña biográfica:

Georg Christoph Lichtenberg nació el 1 de julio de 1742 y falleció el 24 de febrero de 1799. Fue un profesor muy reconocido de la Universidad de Gotinga (si, Gotinga) en asignaturas como físca y matematica.
Se casó dos veces, la primera vez con una vendedora de flores llamada Dorothea Stechard de tan solo 12 años, a la muerte de esta, se casó con otra vendedora de flores, Margaret Kellner.
Elogiado y citado por Kant, Goethe, Schopenhauer, Wagner, Tolstoi, Nietszche, Thomas Mann, Sigmund Freud, Breton, Kierkegaard, Max Ernst, Julio Cortazar en Rayuela y muchos más.

En fin, una selección de aforismos:

- Lo que me hace sospechar de la absoluta belleza de las esculturas griegas es que para percibirlas hace falta una especie de erudición.

- Para esa dama la virtud parece consistir en arrepentirse de los errores, más que en evitarlos.

- Las personas más sanas, las más apuestas, las mejor constituidas, son las que aceptan cualquier cosa en el mundo. En cuanto la gente empieza a tener defectos, tiene opiniones personales.

- Es un hecho muy llamativo que el mundo conceda a sus dominadores un respeto y una jerarquía tanto mayor que el concede a sus educadores. Prueba que el hombre adora la esclavitud.

- La naturaleza ha proporcionado a los animales suficiente inteligencia para que se ocupen de su propia conservación, importante misión que llevan a cabo muy bien. A los hombres, en cambio, la naturaleza les proporcionó un recurso contra el miedo a la muerte, haciéndoles creer en la inmortalidad.

- He percibido con absoluta claridad que mi opinión es distinta cuando estoy acostado que cuando estoy de pie.

- Cabría preguntarss si cuando ejecutamos a un asesino no incurrimos en el error de los niños que golpean a la silla con la que se han golpeado.

- Le dio el último retoque a su obra: la quemó.

- Es difícil aceptar la idea de que somos la creación de un ser superior, y no el entretenimiento de un ser defectuoso.

- No existe gente más detestable que esa que se siente obligada a mostrarse ingeniosa en toda oportunidad.

- Existen gentes maliciosas que pretenden que no hay ratones donde no hay gatos, de la misma manera en que no habría poseídos si no existieran exorcistas.

Extraido de: "Aforismos" de Georg Christoph Lichtenberg, Ed. Longseller.

(GLOSARIO / Aforismo: Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.)
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