lunes, julio 26, 2004

Edgar Allan Poe.

A continuacion los deleitamos, con una reliquia que muy pocos han llegado a conocer. "Obra Poética completa" se llama el libro, y corresponde al autor Edgard Allan Poe; el mismo que nos dejó, siendo su inventor, ese género tan apasionante como es el policial.
Un libro lleno de fantasía y emociones revueltas. En esta entrega los dejamos con la mejor y más célebre escritura de Poe, "El Cuervo" y "Annabel Lee", para los cantores y amantes de la prosa. Esperamos los disfruten. Y a recitar!. El libro del que extraemos los poemas está en inglés, la traducción puede o no adaptarse del todo al original.
 
 
El Cuervo.
 
Una vez, en una taciturna medianoche, mientras meditaba débil y fatigado,
sobre un curioso y extraño volúmen de sabiduría antigua,
mientras cabeceaba, soñoliento, algo sonó,
como el rumor de alguien llamando suavemente a la puerta de mi habitación.
"Es alguien que viene a visitarme - murmuré - y llama a la puerta de mi habitación.
Sólo eso, nada más.
 
Ah, recuerdo claramente que era el nogro diciembre,
y que cada chispazo de los truenos hacía danzar en el suelo su espectro.
Ardientemente deseaba la aurora; vagamente me proponía extraer
de mis libros una distracción para mi tristeza, para mi tristeza por mi Leonor perdida,
la rara y radiante joven a quien los ángeles llaman Leonor,
para quien, aquí, nunca más habrá nombre.
 
Y el incierto y triste crujir de la seda de cada cortinaje de púrpura
me estremecía, me llenaba de fantásticos temores nunca sentidos,
por lo que, a fin de calmar los latidos de mi corazón, me embelesaba repitiendo:
"Es alguien que viene a visitarme - murmuré - y llama a la puerta de mi habitación.
Algun visitante retrasado que quiere entrar y llama a la puerta de mi habitación.
Ese debe ser, y nada más.
 
De repente mi alma se revistió de fuerza; y sin dudar más dije:
"Señor, o señora, les pido en verdad perdón;
pero lo cierto es que me adrmeci y habeis llamado tan suavemente
y tan debilmente que no estaba realmente seguro de haberos oido". Abrí la puerta.
Oscuridad y nada más.
 
Mirando a través de la sombra estuve mucho rato maravillado, extrañado
dudando, soñando más sueños que ningun mortal se habria atrevido a soñar,
y la unica palabra alli hablada fue la palabra dicha en un susurro: "Leonor"
Esto dije susurrando, y el eco respondio en murmullo la palabra: "Leonor".
Simplemente esto y nada más.
 
Al entrar de nuevo en mi habitación, toda mi alma abrasándose,
muy pronto, de nuevo, oí una llamada más fuerte que antes.
"Seugramente - dije - , seguramente es alguien en la persiana de mi ventana.
Déjame ver entonces, lo que es, y resolver este misterio;
que mi corazon se calme un momento y averigue este misterio.
¡Es el viento y nada más!.
 
Empujé la ventana hacia afuera,  cuando, con una gran agitación y movimiento de alas,
irrumpió un majestuoso cuervo de los santos días de antaño.
No hizo ninguna reverencia; no se paró ni dudó ni un momento;
pero, con una actitud de lord o lady, trepó sobre la puerta de mi habitación,
encima de un busto de Palas, encima de la puerta de mi habitación.
Se posó y nada más.
 
Entonces aquel pájaro de ébano, induciendo a sonreír mi triste ilusión,
a causa de la grave y severa solemnidad de su aspecto.
"Aunque tu cresta sea lisa y rasa - le dije - tú no eres un cobarde".
Un torvo espectral y antiguo cuervo, que errando llegas de la orilla de la noche.
Dime: "¿Cuál es tu nombre señorial a las orillas plutonianas de de las noches?"
 
El cuervo dijo: "Nunca más".
 
(continuará, la extensión del poema es demasiada para ponerla en una sola entrega)
 
 
Annabel Lee.
 
Sucedió hace muchos, muchos años,
en un reino junto al mar.
Allí vivía una doncella conocida
por el nombre de Annabel Lee;
y esa doncella no vivía con otro pensamiento
que el de amarme y que yo la amara.
 
Yo era un chiquillo y ella una chiquilla,
en aquel reino junto el mar:
Pero nos amábamos con un amor que era más que amor -
Mi Annabel Lee y yo -.
Con un amor que los alados serafines del cielo
nos tenían envidia.
 
Y éste fue el motivo por el que, hace mucho tiempo,
en aquel reino junto al mar,
un viento llegó desde una nube, helando
a mi hermosa Annabel Lee;
entonces vino aquel hidalgo pariente suyo
y la apartó de mi lado,
para encerrarla en un sepulcro
en aquel reino junto al mar.
 
Los ángeles que no eran tan felices en el cielo,
nos tenían envidia
-¡Si!- éste fue el motivo (como toda la gente sabe,
en aquel reino junto al mar)
para que el viento viniera por la noche desde la nube,
helando y matando mi Annabel Lee.
 
Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el amor
de aquellos que eran más viejos que nosotros
- de muchos que sabían más que nosotros-
y ni siquiera los ángeles allá arriba en el cielo,
podrán nunca separar mi alma del alma
de la hermosa Annabel Lee.
 
Jamás brilla la luna, sin que yo sueñe
con la hermosa Annabel Lee;
jamás salen las estrellas, sin que yo sienta los brillantes ojos
de la hermosa Annabel Lee;
y así, durante toda la noche, permanezco tendido al lado
de mi querida, mi querida, mi vida y mi esposa,
en su tumba junto al mar sonoro.
 
(Actualizando en estos momentos...) CARPE DIEM !
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